Siendo Coletitas una niña rebelde,
al llegar al embarcadero se plantó delante del barquero
y le dijo que quería una barca para cruzar el río hasta el Casino mas cercano.
El barquero, aficionado a las niñitas,
le dijo que las niñas bonitas no pagaban dinero.
Coletitas le dijo que ni era bonita,
ni pensaba pagar una cochina perra,
así que a ver como se las apañaba,
“bigotes, que tu mujer es una santa y tú un guarro”.
FIN
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